¿Estado de Bienestar vs. Neoliberalismo?





¿Estado de Bienestar Vs. Neoliberalismo?
(Por Matz)

Pretender una diferencia entre “Estado de bienestar” y “neoliberalismo” es un absurdo. Ambas formas se remiten a lo mismo. Sus diferencias superficiales, sólo se determinan por sus distintos momentos y necesidades históricas.

El Estado de bienestar nace en la década del ‘30, como salida de emergencia para la crisis del ´29. Serán la unión de diferentes ideas, entre ellas: el bismarkismo, el taylorismo, el fordismo, y finalmente el “New Deal” de Roosvelt será quien lo pondrá en práctica en EE UU, con enorme éxito, y luego será exportado a países como Argentina.

Estas características, que abordan tanto la parte social como económica, se remiten simplificadamente a lo siguiente:

Como forma de salir de la crisis que condeno a muerte al sistema capitalista, el Estado debía entrar en juego con mayor fuerza para hacer de mediador en cuestiones económicas dadas las necesidades de aquel entonces, y al mismo tiempo debía ser de instrumento para frenar los levantamientos obreros que eran una constante amenaza.

Gracias a la nueva forma de producción en serie, conocida como fordismo, la producción se disparo a escalas enormes, y a muy bajos costos y tiempo. Esto podía dar ahora una ganancia muchísimo mayor que dejaba un excedente tan alto, que se le podía dar “mejoras” económicas al obrero. La finalidad de esto, que lejos eran luchas ganadas por la clase obrera, era que se tenía que conseguir nuevos consumidores para la enorme cantidad de producción. Esto, a su vez, pararía los descontentos obreros y los alejaría de su lucha por su tan ansiada libertad. (Según Henry Ford, los obreros tendrán mejores pagas siempre y cuando dejen de pertenecer a sindicatos). A su vez, el nuevo tipo de producción produjo una alienación de terribles consecuencias en los trabajadores.

Dio excelentes resultados, el capitalismo se recupero en poco tiempo adquiriendo una fuerza y ganancias aun mayores.

Así mismo, la clase obrera comenzará a perder su anhelo por un mundo libre, los 1ro de mayo de antaño serán solo un lejano recuerdo, ahora se cantará por la patria, y por el político “benefactor” de turno. La introducción de sentimientos patrióticos, destruyó su carácter revolucionario e internacionalista, desvirtuando ideologías y mezclando otras, con bases resultantes totalmente incoherentes. Las “mejoras” económicas, sumadas al bombardeo de publicidad, hicieron del obrero un simple consumidor compulsivo, creando así lo que hoy se conoce como la “sociedad de consumo”

La nueva crisis del capitalismo en la década del 70, pondrá al Estado ahora como un obstáculo, y no como una herramienta positiva para la economía. Su desmantelamiento será el paso a seguir, una metamorfosis más, y la evolución inevitable del Estado de bienestar.

En definitiva, y como tantos años de constatación empírica lo demuestran, el Estado no es más que una herramienta creada por el capital para su único fin: servir a éste de la forma que mejor le parezca. Su naturaleza es inalterable dada su forma perversamente perfecta en que fue gestado.

Cualquier sensación que el Estado puede subordinar al capital, es una estupidez altamente peligrosa, siempre estuvo bajo las ordenes del capital internacional, y siempre lo estará, por más que “socialistas”, comunistas y otros estatistas, sueñen y pretendan lo contrario.

La lucha contra el Estado es la lucha contra el Capital (y viceversa), ya que éste, el Estado, es su fuerza coercitiva, física e ideológica. Es su verdugo, su cara visible, el que hace los trabajos sucios. El capital, por el contrario, es vil y cobarde, no se mancha las manos, y por eso necesita del Estado, para explotar, someter y asesinar.